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Conjunto musical argentino de inicios del siglo XXI. Su música tiene su raíces en el movimiento barroco, y particularmente Johann_Sebastian_Bach, y fusiona la tradición del tango con la música electrónica de los años 70 y 80, recuperando instrumentos como el laúd y la zambomba para crear elaborados y armoniosos acordes.
Como grupo han actuado en Villaverde, tierra de jinchos (Madrid), Villarrobledo (Albacete) y Los Banderilleros (Sevilla), en este último caso en colaboración con el Negro, el Zurdo y sus muchachos. Yayo en solitario ha actuado como asesor de imagen del PPSOE, como voluntario para la experimentación con drogas psicotrópicas y como exterminador de canis.
El grupo surge como una reacción a la infame y nefasta cultura cani, que desde los 90 se está apoderando sin remedio de España y Latinoamérica. El conjunto de Yayo rechaza la ignorancia y los malos modales, y defiende en su lugar el orgullo de clase obrera (de ahí el nombre) y las canciones limpias y puras, con numerosas referencias culturales y exentas de malas palabras y descalificaciones.
Naturalmente, el profundo nivel cultural de las canciones las hace inaccesibles para los no iniciados, que pueden malinterpretar expresiones como «puta barata» o «te voy a romper el orto» en su desafortunado sentido literal, cuando en realidad forman parte de una profunda reflexión acerca de las dificultades de las clases populares en Argentina en el sistema neoliberal y la lucha de las mujeres por buscar su lugar en la sociedad.
Entre las canciones que han recibido mayor reconocimiento internacional y han marcado una generación (particularmente a las putas y los yonkis) podemos destacar:
Sus letras hablan de profundos sentimientos y exaltan la belleza y la pureza de la mujer, la cual se presenta como un ideal de perfección y nunca como un objeto de deseo, mostrando el conjunto un sólido compromiso con el movimiento feminista. En reconocimiento a su trabajo por la igualdad de género «Yayo y el Cuarteto Obrero» fueron galardonados en 2008 con el «Premio al Macho Feminista» por la Ministra de Igualdad del Gobierno de España y premio Nobel de Corte y Confección Bibiana Aído.
El profesor Gromenauer, de la UNED (España), ha publicado recientemente un estudio que analiza en profundidad algunas de las letras de este conjunto. Por ejemplo:
Te extraño mi niña hermosa, te quise tanto como a ninguna
mi casa ya no es la misma, es como el cielo sin sol ni luna
mi vida no vale nada, con tu partida se fué mi calma
mi corazón destrozado quedo tan ciego como mi alma
Cuando lo supe no lo pude creer, que una mañana te fuiste con él
tengo en las noches tanta soledad, que solo quiero cantar
Claramente se trata de la canción de un hombre desesperado, que ve impotente como la mujer amada le ha abandonado por otro hombre. A pesar de su sufrimiento, este hombre cubre de elogios a la mujer, a la que considera su propia razón de existir. Todo un romántico.
Que puta barata resultaste ser, te arde la argolla de tanto coger
que tiene ese forro que no tenga yo, decímelo ya por favor
que puta barata que es esta mujer, te arde el esfinter de tanto garchar
y si los encuentro alguna vez, del orto los voy a ensartar
A continuación, y recogiendo la tradición lírica grecorromana, el autor hace referencia a la profesión más antigua del mundo como una forma de elevar a la mujer y reconocer sus virtudes, en particular en lo referente al fornicio. En contra de lo que pueden pensar algunos inexpertos, la imagen de su ex pareja a cuatro patas, con sus orificios en carne viva y cubierta de las secreciones seminales (lecherazos) de su amante no supone en modo alguno una forma de degradar a la mujer, sino al contrario, de cantar sus virtudes. La amenaza velada contra la mujer y su nueva pareja ("del orto los voy a ensartar") no puede entenderse sino como la concesión de la bendición.
Bailando reagge, tomando alcohol, un rastafari me comentó
Allá en Jamaica este verano, chupaste mas pijas que helado de limón
Y vamos, y vamos vamos a garchar, que no se detenga este ritmo infernal
Vamos y vamos todos a coger, para olvidar, para olvidaaaaaar
Como es habitual, «Yayo y el Cuarteto Obrero» recuperan la tradición musical más variada, en este caso Jamaica y el reagge, y hacen protagonistas a los rastafari de sus letras. De esta manera, el oyente se imagina un negrazo con unos genitales sobredimensionados que atestigua basándose en la propia experiencia como la mujer, expulsada del Paraíso que suponía su relación con el cantante, se ha visto obligada, contra su voluntad, a convertirse en una vulgar felatriz. Claramente la imagen de la mujer recibiendo un bukkake de toda la tribu es una refencia a la esclavitud de la sociedad de consumo y a la dificultad que tiene la mujer para acceder al mercado de trabajo.
La poesía contenida en las letras ha sido comparada con la empleada por otros cantantes en español, cuyos nombres omitiremos para evitar denuncias por injurias y atentados contra la propiedad intelectual y el buen gusto.
Otros cantantes dicen... | Yayo y el Cuarteto Obrero dicen... |
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Mujer amada. | Puta. |
Mujer bella. | Puta. |
Mujer enamorada. | Puta. |
Mujer perdida, amor perdido. | Puta, reputa, recontraputa. |
Perrea, perrea. | Vamos todos a coger. |
Corazón partío. | Esfínter abierto. |
Te echo de menos. | Del orto te voy a ensartar. |
Sin ti no soy nada. | Del orto te voy a ensartar. |
Sólo pienso en ti. | Del orto te voy a ensartar. |
Te vi a petar el cacas | Del orto te voy a ensartar. |
Se dice comúnmente que todas las mentes geniales piensan de manera similar, y aquí puede verse como la poesía de «Yayo y el Cuarteto Obrero» se aproxima mucho más a las grandes creaciones literarias de genios como Gigatrón que a las simplonas letras de Almejandro Ranz o Amargal.
Algunas de las estelares actuaciones del conjunto pueden contemplarse en Internet (de momento, hasta que la Innombrable o el Ministerio de Pureza y Buen Gusto reparen en su presencia y eliminen los vídeos).
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